Progresismo como política de Estado en Ecuador

7 Dic

A partir de la terminación de la segunda guerra mundial, los EEUU de Norte América quedó como el país más fuerte en todos los aspectos y ejerce mucha influencia en América Latina, impulsando políticas de desarrollo de nuestras economías a fin de impulsar cambios en nuestros países, para sujetar y unirnos a este país en la lucha denominada “Guerra Fría” y detener las insurgencias político militares vía “Populismo” o luchas armadas que se dieron contra el poder tradicional oligárquico o de injerencia extranjera, pero luego del fracaso del desarrollismo, los EEUU e Inglaterra impulsaron el llamado “Neoliberalismo” y/o también la “economía social de mercado” propuesta por los alemanes, pero estos modelos no generaron un mejoramiento económico y social a nuestras poblaciones produciendo varias respuestas electorales denominadas generalmente como “Progresismo”, administrando varios gobiernos con resultados en cuanto a mejorar las políticas de ayuda social no vistas en regímenes anteriores y con grandes obras de infraestructura física, ante los cuales se dan unas respuestas contrarias de grupos económicos tradicionales y modernos con ayuda del Departamento de Estado de los EEUU y la Unión Europea, situación política que mantiene a varios países sancionados en disyuntivas luchando con conseguir la “hegemonía” e “independencia” y se puede también decir la “preeminencia” política de grupos organizados para seguir en los gobiernos.

Hace 14 años ante la crisis económica y política gubernamental y en especial del sistema bancario ecuatoriano, donde en corto se sucedieron 5 presidentes, quebraron muchos bancos, la migración al extranjero de más de dos millones de ecuatorianos y la dolarización, los electores ecuatorianos se pronunciaron para la presidencia por el Ec. Rafael Correa Delgado, y luego de elegirse una Constituyente se aprueba la actual Constitución, se emprendió en la construcción de grandes obras físicas y ayuda social durante 10 años, pero su sucesor quien fue su vicepresidente durante 7 años y delegado por 3 años ante la ONU en Europa, cambió la agenda de gobierno y aplicó la política “neoliberal” y abandonar la independencia internacional, aplicó el “lawfare” persiguiendo jurídicamente a quienes los llevaron a la presidencia del Ecuador y favoreciendo a los sectores empresariales y bancarios quienes asumieron los ministerios de gobierno, lo cual ha producido un deterioro económico a la población ecuatoriana, agravada por la pandemia del COVID 19, endeudando con préstamos internacionales al país con grandes escándalos por malos manejos en la contratación pública, sin realizar ninguna obra pública y de mantenimiento de las obras realizadas por el gobierno anterior.

El gobierno progresista de Rafael Correa Delgado durante los 10 años llevó adelante las siguientes obras:

Más de 9.880 kilómetros de carreteras asfaltadas y/o pavimentadas, muchas de ellas de 4 carriles, centenares de puentes de 50 metros, varios de 100 metros, algunos de 990 metros y uno de 2.000 metros de longitud, 4 aeropuertos, nuevos y varios puertos pesqueros para la faena artesanal en el mar, con grandes frigoríficos.

Se remodelaron los viejos hospitales equipándolos con aparatos de tecnología avanzada, además se construyeron 20 hospitales nuevos y el Instituto de seguridad social dirigido por un delegado de la presidencia construyó 20 hospitales y se compraron más de 800 ambulancias.

Se construyeron 8 centrales hidroeléctricas y 6 obras de multipropósito agrícolas y hoy el 96% de la energía eléctrica se genera usando agua.

Se crearon 4 universidades y 2 institutos superiores de educación técnica.

Se hicieron 4 centros de alto rendimiento para los deportistas debidamente equipados.

Se construyeron edificios para el funcionamiento de la policía comunitaria y se equipó a la policía nacional y a las FFAA.

La educación en sus tres niveles y la atención de salud se brindó totalmente gratuita a toda la población.

Se crearon recintos para la atención de los hijos de las empleadas y obreras.

Se subieron los sueldos a empleados y trabajadores y los llamados bonos de ayuda social.

Se avanzó en la construcción de la vivienda social también.

Se mantuvo total independencia en la política internacional si pertenecer a ninguna potencia extranjera.

Estos logros se realizaron con nuevas políticas publicas mediante el cobro de los impuestos a los agentes productivos, a nuevas formas de contratación en asuntos petroleros al revertir las utilidades a favor del gobierno ecuatoriano llegando al 70% en los nuevos contratos, mientras en los gobiernos anteriores las utilidades eran del 30%, además se recompró deuda externa y una parte fue anulada legalmente.

Los gobiernos auto denominados progresistas en América Latina fueron conducidos de manera diferente en los países donde llegaron por votaciones a la presidencia y parlamentos, aplicando políticas públicas a favor de las poblaciones de menores ingresos económicas y con el mejoramiento de las obras de infraestructuras y telecomunicaciones sacaron de la pobreza y de extrema pobreza a millones de ciudadanos en todo el territorio de nuestros países, pero lo hicieron dentro del modelo capitalista económico y del sistema democrático existente, donde no se afectó el modelo de propiedad privada de los grandes empresarios antiguos y nuevos nacionales o extranjeros, quienes se dedicaron a fortalecer sus empresas y por lo tanto, la estructura de clases sociales no vario en cuanto al modelo concentrador y centralizador del capital en pocas manos y en especial en el sector de las finanzas, donde los banqueros forman el grupo reducido más importante y el que más utilidades ha sacado en estos periodos de gobiernos progresistas cuyo ejemplo lo tenemos en el caso ecuatoriano, debido a no haber presentado un proyecto histórico de corto y mediano alcance que corrija nuestra estratificación social, saliendo del modelo capitalista liberal nacional e internacional.

La propuesta progresista no es populismo, no es social democracia, no es fascismo ni nazismo, ni socialista, ni comunista y ni capitalismo de Estado, ni socialismo de Estado; es la búsqueda de construir nuevas salidas políticas pensando en construir un Mejor mundo posible, “sin copiar ni calcar” como lo expuso José Carlos Mariátegui.

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2 respuestas hasta “Progresismo como política de Estado en Ecuador”

  1. Melissa Jaramillo diciembre 7, 2020 a 21:42 #

    Saludos desde Panamá… Excelente artículo.. pero ahora tengo una confusión…¿el General Omar Torrijos era populista ó progresista?.. Es que algunos lo definen como «dictador», pero creo que ha sido uno de los pocos líderes que hizo algo por el pueblo. Es más se dice que él creó la clase media aquí en Panamá, y a través de un golpe de estado derrocó a Arnulfo Arias Madrid.

  2. RICHARD TIGSELEMA MONCAYO diciembre 7, 2020 a 22:42 #

    Excelente investigación

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