Desorden social en Chile o crisis del modelo capitalista

2 Dic

La prensa internacional trae noticias sobre grandes movilizaciones populares en las ciudades chilenas acompañadas de quemas de bienes públicos y privados junto a represiones policiales y militares contra los manifestantes.

Estos hechos no son nuevos pues se venían dando desde hace años por las protestas del sector educativo al reclamar por gratuidad de la enseñanza junto con un mejoramiento de la calidad de la misma, pero en estos momentos ya son muchos sectores sociales cuestionando la situación de la desigualdad social y la crisis económica a tal punto, que se protesta por los 30 años del sistema nacional que dejó el dictador A. Pinochet para cambiarlo y pidiendo la salida del actual presidente Piñera.

Los distintos profesionales entrevistados indican varios motivos que impulsan a los millones de chilenos a protestar principalmente porque la gente se ha dado cuenta que <<“La torta nacional está mal repartida”>> y se pide cambios en la política gubernamental; también se dice <<“Que todo en Chile está privatizado y los servicios públicos son muy caros”>> lo cual empobrece a todos los sectores sociales; otros comentaristas exponen a los medios de comunicación que <<“El endeudamiento de las personas por el uso de las tarjetas de crédito o emprestamos deben pagar altos intereses lo cual empobrece a todos los chilenos”>>; otros opinan que <<“Hay muchos extranjeros interviniendo y fomentando el caos para destruir Chile”>> viniendo de Venezuela, Cuba principalmente; se declara que la <<“Culpa de los problemas vienen de todos los políticos chilenos, los cuales no deben intervenir en la vida nacional”>> porque no hacen nada por el pueblo; por último le <<“Inculpan a la Constitución Política dejada por el dictador Pinochet”>>.

Pero se hace necesario exponer algunas hipótesis que intentarían abrir el debate a la luz de la Sociología sobre diversos aspectos de la sociedad chilena actual.

Los investigadores desconfían de los estudios de la realidad social observada cuando se buscan varios factores influyentes o determinantes a la acción social colectivas, pues sostienen que solo hay un factor o variable independiente a descubrir, pues este elemento existente permitiría la comprensión del funcionamiento del sistema global.

Pero como quien escribe estas notas está lejos geográficamente de los eventos acaecidos actualmente se limitará a formular varias proposiciones para ser estudiadas o debatidas:

La economía chilena basa su gran desarrollo en la inversión extranjera principalmente junto con la privatización de los recursos naturales no renovables y por la prestación privada de los servicios públicos principales, incluyendo el seguro social de empleados y trabajadores, y con una variada y fuerte prestación bancaria a la población mediante créditos para el consumo individual y familiar a todo nivel motivada por la llamada “sociedad del consumo” en una “sociedad capitalista dependiente” donde se aplicó la política neoliberal desde 1973 hasta hoy.

Se dice que <<“el 5 % de la población acumula más del 50% del ingreso nacional”>> pero no hay información de las utilidades monetarias enviadas al exterior por los inversionistas extranjeros, pero, aunque los sueldos y salarios son los más altos de América Latina y los niveles de pobreza son los más pequeños llegando al 8.7% y la pobreza extrema es del 3.8% comparados con otros países de la región, sin embargo hay problemas económicos en la población chilena que la mantiene muy “estratificada”, donde el ascenso social es nulo para la mayoría de la población.

Una economía capitalista dependiente caracterizada por la << “concentración y centralización del capital”>> sin poder superar los ciclos económicos de <<auge o expansión que llevan a la crisis de crecimiento y la obligada contracción>> a pesar de implementarse el desarrollo de pequeñas empresas o PIMES como formas de fortalecer una clase media empresarial.

La sociedad chilena formada en los últimos 47 años bajo un régimen gubernamental dictatorial y luego democrático representativo impulsador de ideologías y culturas basadas en el “individualismo pequeño burgués” que lleva a la “conformidad generalizada” apoyado por una influyente comunicación social basada en valores capitalistas que lleva esquemas de pensamientos circulares y con poca diversidad de ideas divergentes, logro poco a poca conseguir un “orden social” adecuado al sistema económico neoliberal chileno, explicado por un proceso de “alienación” individual y colectiva en el sentido de “desrrealización” que no pudo imponerse ante la realidad económica y social caracterizada por la “exclusión y la marginación” generando ahora criterios mentales de la llamada <<“injusticia percibida”>> donde se constata que muchos <<“sienten que la ganancia de un lado es la pérdida de otro”>>, resultando conflictos generalizados como lo explican los psicólogos sociales, expresados también en niveles médicos elevados de “stress nerviosos” parecidos al fenómeno existencial observado por J. P. Sartre como de “angustia existencial” que ha tenido un escape en violencias sociales con protestas masivas, iniciadas tiempo atrás por estudiantes de todos los niveles reclamando un mejoramiento del sistema educativo, seguido por empleados de la salud y sectores sociales diversos hasta que al determinarse el alza del precio de la electricidad y pasaje del metro en la capital, se generalizó y radicalizó la protesta social.

La superestructura jurídica y política tuvo una respuesta autoritaria y represiva al pensar que <<“había sedición local y extranjera”>> en un primer momento al declarar <<“guerra”>> a los manifestantes, pero luego el presidente Piñera reconoció públicamente las limitaciones del sistema chileno y propuso varias alternativas de recompensas sociales pero la protesta aumentó, así como la represión policial y militar, hasta aceptar un cambio de la Constitución de Chile, discutiéndose la forma de implementarla, pero las protestas no cesan e incluso aumentan en todo Chile, indicando con claridad el fracaso del modelo capitalista neoliberal de sociedad falló en ese país.

La sociología del conflicto considera que cuando <<“los recursos escasos como la riqueza, el poder y el prestigio”>> son <<escasos y apropiados por grupos pequeños generan competencias y luchas a distintos niveles y el equilibrio social expresado en el “orden social” se trastoca y lleva a represiones o a cambios sociales, pero también cuando las fuerzas sociales en conflicto se equilibran y ninguna supera o vence aparece una tercera fuerza local o extranjera para imponer “orden social y político” denominado “bonapartismo” expuesto por K. Marx, lo cual podría significar represión y muerte generalizada contra el pueblo chileno>>.Pero una válvula de escape ante la continuidad de la ruptura del “orden social” se considera el cambio de la Constitución Política herencia de la dictadura de Pinochet, lo cual determinaría derogar leyes y sustituirlas por otras que mantengan las mismas relaciones de <<“poder y dominio”>> del <<“bloque de clases sociales en el gobierno”>> que sea legitimado mediante el sufragio de la población chilena, cuyo resultado no se podría establecer en este momento, y la disyuntiva política para los sectores populares organizados estaría llevar adelante procesos de reformas políticas que impidan estatuir trampas jurídicas de la <<“democracia liberal”>> que mantengan la privatización de los recursos naturales y de los servicios básicos o que impidan avanzar en conquistas sociales al preservar el principio constitucional del 75% de los votos para hacer cambios jurídicos importantes.

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