Una reforma agraria implica repartición de la riqueza en todo tipo de sociedad y se expresa en un cambio jurídico – político y administrativo al cual la tierra pasa ser trabajada con nuevas relaciones de producción, circulación, distribución y consumo de bienes y servicios.
Pero no toda reforma agraria implica un paso adelante en el progreso y desarrollo social, pues dicho cambio en la propiedad puede tener una orientación burgués con el objetivo de mantener y aumentar la apropiación del excedente productivo y asegurar la reproducción del capitalismo y por lo tanto la explotación de clases sociales, que antes se denominaba modelo concentrador de la riqueza; pero también, puede haber una reforma agraria de índole socialista, cuyo objetivo debería ser un nuevo tipo de relaciones de sociedad, la misma que debería tomar la experiencia histórica del tiempo anterior y plantearse una tendencia acorde con los criterios del socialismo del siglo XXI.
Por lo tanto, la nueva ley agraria y del agua debe tomar en cuenta la realidad nacional, expresada en la existencia de los minifundios y latifundios, para establecer líneas de intervención que lleven a resolver aspectos negativos a la naturaleza, a la producción, al consumo y todos los involucrados.
No se trataría de destruir los minifundios, ni de eliminar los latifundios productivos, pero a los primeros si de deben buscar darle una mejor organización empresarial, con ayuda tecnológica nueva y financiamiento adecuado, mientras que a los segundos, se deben controlarlos para evitar un crecimiento mayor, con el cumplimiento recto de las leyes laborales y de respeto a la naturaleza, criterios que deben ser estudiados por los asambleístas y sus asesores.
El latifundio improductivo debe ser comprado por el estado para establecer según las diversas características geomorfológicas su uso racional y pueda aportar el consumo interno de alimentos.
En relación a impedir que extranjeros puedan comprar tierra ecuatoriana debe quedar establecido con claridad en el nuevo estatuto jurídico a ser aprobado en la asamblea nacional y penalizar la violación de esta disposición legal cuando se demuestre el uso de testaferros.
La ley debe impedir el uso de químicos y sustancias que han sido prohibidos a nivel internacional por los organismos relacionados con el control de la agricultura mundial.
Se debe establecer con precisión una política firme y muy dura que impida la deforestación y la tala de bosques en todo el territorio nacional.
En todo caso, el tema de la ley de tierras y de aguas es muy complejo y estos criterios buscan la reflexión teórica y el debate correspondiente.
Solo puedo asegurar una premisa fundamental, con todo respeto, pero con absoluta frontalidad, no se necesita ser muy inteligente para entender que todos los signos que podemos ver en realidad, es que no se quiere cambiar la matriz socio – económica del país sino la matriz productiva; esto que parece un juego de palabras no es tal, pues en el primer caso se trata de cambiar la estructura social, pues en la tenencia de la tierra se encuentra la verdadera esencia del sistema capitalista, más en la segunda, se pretende solo modificar la matriz productiva, para volver más competitiva las viejas estructuras latifundistas, mejorar la productividad de la tierra, para que sirva de mejor manera al desarrollo social capitalista, que esto es bueno, claro que si, pero para quienes, pregunto, para los pobres del campo, con esto claro que habrá más trabajo, mejoraremos las exportaciones, pero se ahondará la explotación y con esto la inequidad.
Se trata en buen romance de terminar los rezagos latifundistas, para convertir a los campos en un motor de desarrollo del país, todo esto apunta a un desarrollismo que beneficia a la nueva burguesía que hoy se hace llamar «socialismo del siglo XXI, como pudo llamarse liberal – socialista o conservadora humanista, el nombre es lo de menos; me apena escribir esto pero es la realidad, de nada vale hacer esfuerzos por enmascarar nuestro análisis con supuestos bien intencionados si partimos de una premisa falsa, toda conclusión contrastará con la realidad objetiva, sino dígame quienes son los aliados naturales del Gobierno en el campo, acaso no son los mismos que tienen el poder económico; o son las organizaciones campesinas o indígenas.
Todos sabemos que los cambios que se hacen junto al pueblo se llama revolución y lo que tiene como aliado a los empresarios y gamonales no son sino una farsa que apunta a sostener el sistema aunque con algunos cambios sociales, empañados con autoritarismo, prepotencia y violación de derechos humanos, eso no es otra cosa que la antítesis del socialismo.
Gracias por sus comentarios – pero seria bueno que haga un esfuerzo y llea el arriendo uno y dos , pues los mismos forman ideas ante la realidad actual y mejorar sus comentarios