Sociedad y víctima (1999)

7 Jun

El tema de la sociedad y la víctima reviste en estos momentos, aspectos muy importantes en la teoría criminológica, en la política criminal mundial y nos demuestra lo atrasado que está el Ecuador en todos estos aspectos.

“El olvido de la víctima del delito” en la teoría criminológica clásica, al sólo centrar la atención en el criminal fue una gran falla que ha impedido un mejor conocimiento del acto antijurídico que lesiona los bienes aceptados en una sociedad determinada.

La Victimología al llamar la atención sobre el importante papel que juega la victima en el crimen permite en la actualidad tener un mejor conocimiento del fenómeno delictivo; pues la visión de totalidad y de proceso presenta aspectos nuevos para una mejor comprensión de la criminalidad y todo lo que implica en la sociedad global.

La búsqueda de la criminogénesis y del papel de la victima propuesta por la victimología como disciplina científica implica una posición Epistemológica en términos de procesos a la manera hegeliana, lo cual descartaría el punto de vista holístico de moda en estos momentos en algunos medios profesionales que acogen de manera acrítica cualquier propuesta sin la atención correspondiente.

En 1947 en la ciudad de Bucaret en una conferencia en la Sociedad de Psiquiatría de Rumanía el judio Beniamí Mendelshon usó el término “Victimología” por primera vez; luego en 1948 en la universidad de Yade el alemán Hans Von Henting propone a “la Victima” como objeto de estudio en la obra “ The Criminal and his victima” y después en el año de 1957 en el libro “La esafa”, V. Henting desarrolla toda esta temática.

En 1956 H. Ellenberger escribió sobre “la relación psicológica entre el criminal y la victima” con su famosa propuesta: “de la personalidad de la victima, puede a veces, deducirse la del criminal”.

En 1956 H. Mendelshon en su obra “Victimología. Estudios internacionales de psico-sociología criminal” dejó establecida para siempre la Victimología como una disciplina académica.

La llamada “Ciencia del Delincuente” atrajo otros autores penalistas como “R. Lafon (1961); Jiménez de Asúa (1961), Ezza Abdel. Fattah (1966); S. Schafer (1968) y Aniyar de Castro (1969) “y entre los vernáculos a O. Yturbe (1958); M. A. Herrera (1972); E. Kloppenburg de Estrada (1972); S. F. Scime (1972)” En Ecuador el Dr. Jorge Zavala Baquerizo la trató en 1965

Sin embargo, se debe anotar que ya en 1929 en la Habana- Cuba se realizó, convocado por el colegio de abogados, un seminario – debate sobre “la protección de la victima del delito” a la cual se le llamó “tercer protagonista” lo que demuestra que en una misma época y en diversos lugares se pueden llegar a los mismos criterios científicos.

“El estudio científico de las víctimas del delito” tiene unos 35 años de experiencia como disciplina, se realizan investigaciones en casi todo el mundo y ha tenido un gran desarrollo académico en los EE. UU., Japón e Israel.

Se han realizado hasta la presente nueve simposios internacionales de Victimología:

Israel (1973); EE.UU. (1976); Alemania (1979); Japón (1982); Yougoslavia (1985); Israel (1988); Brasil (1991); Australia (1994); España (1997) y el próximo simposio será en Montreal- Canadá del 6 – 11 de Agosto del año 2000.

El desarrollo de la Victimología ha atravesado por dos etapas bien definidas:

1.- la etapa jurídico-penalista de Victimología primaria con un enfoque individual en su temática, donde el estudio está relacionado entre el Victimario-victima y la violación de una norma penal donde intervienen “fuerza crimino-impulsivas” y “fuerzas crimino-repulsivas” en relación con “victimas determinadas”, “victimas seleccionadas” y/o “victima accidental” Entre ellos tenemos los siguientes:

Los Homicidios de todo tipo, los delitos contra la propiedad y los delitos contra la honestidad.

2.- La etapa jurídico – penal-colectiva de alcance social global de victimización secundaria y terciaria, donde los derechos humanos juegan el papel principal en la determinación como indicador general de la victimización, porque los tipos penales codificados no cubren los nuevos delitos de nuestra época. Entre ellos tenemos:

Abusos de poder económico y político (terror, tortura, desposeción); Delitos de cuello blanco; corrupción pública y privada; Delitos bancarios; Delitos corporativos, Delitos sin victimas; Fraudes bancarios, Falsificación de medicamentos y alimentos; Contaminación del agua, tierra y aire; Contaminación electrónica. Se dice…. “ninguna de estas victimas debe ser olvidada por la criminología”.

“el amparo a la victima” constituyó una novedad y un aporte dentro de la función del estado en los países centrales de gran desarrollo económico social con el apoyo de las organizaciones no gubernamentales.

Se cambiaron las leyes penales para dar protección a la victima, a sus familiares y se crearon fondos de ayuda a fin de protegerlos en su integridad física, psíquica y económica.

La ONU intervino y dio su respaldo supranacional a todas las victimas en el mundo entero, recomendado en sus reuniones regionales e internacionales políticas de intervención.

La bibliografía consultada nos informa que en los últimos 25 de años se atiende a las victimas siguiendo el criterio, las recomendaciones y el punto de vista de la victimologia en muchos países del mundo desarrollado, destacándose con “una larga tradición de asistencia a la victima” los EE UU e Inglaterra donde la cobertura llega al 1% del total de casos; mientras que en países de África, Asia y América Latina la desprotección de las victimas es casi total.

En muchos de nuestros países no se han realizado reformas a los inhumanos sistemas de justicias y las victimas “el sujeto pasivo crimen” como se dice, no es tomada en cuenta para nada a no ser que de manera exatra judicial “se arregle” con los victimarios se archiven los procesos y la impunidad se constituya en la norma normal.

“La ayuda a la víctima” propuesta entre otros abogados por Fely González Vidosa en el noveno simposio mundial en Noviembre del 97 sostiene tres políticas de intervención:

  1. La mediación entre la victima y el agresor para resolver los conflictos respaldadas por leyes procesales específicas que busquen la reparación de los daños recibidos.
  2. La prevención del delito para evitar la segunda victimización, la orientación al delincuente vía educación con programas dirigidos a los delincuentes juveniles especialmente.
  3. Los programas comunitarios de capacitación social para que sean los mismos grupos barriales los que resuelvan “la violencia, la discriminación, las tensiones raciales y la corrupción”; además, se promueve el conocimiento de los derechos fundamentales por parte de los pobladores.

También muchos penalistas proponen el resarcimiento económico a las victimas por parte del agresor y la reparación material por parte de el estado a través de las indemnizaciones.

Las naciones unidas recomiendan implementar un “proyecto modelo” que organice la asistencia a la prevención mediante una institución gubernamental especializada con ayuda privada mas organizaciones no gubernamentales dotadas de instalaciones adecuadas atendidas con personal profesional entrenado en aspectos jurídicos – legales, médicos – psicológicos y económicos – sociales apoyados por una base de datos a nivel nacional que permita una pronta atención a las victimas de delitos ordinarios o de abusos de poder.

Estas resoluciones de la ONU tienen las limitaciones para su implementación por factores de carácter económicos en estos momentos en que el neoliberalismo limita el gasto público y la intervención del estado, por lo que se recomienda financiar estos servicios con la transferencia de un pequeño porcentaje de todas las multas que cobran los gobiernos.

Ahí esta la plata, que financiaría la asistencia a las victimas de los delitos cometidos contra la población indefensa de nuestros países.

Beniamí Mendesohn demostró que en muchos casos penales, el agredido tenia diversos grados de culpabilidad en los ilícitos; propuesta que puso a los jueces a reflexionar sobre la imputabilidad de la victima en delitos emocionales y pasionales” pues su contribución podría “atenuar o eximir la responsabilidad del autor”; los casos serian los siguientes:

  1. La víctima es “absolutamente” inocente.
  2. La victima es “menos culpable” que el actor.
  3. La víctima es “tan culpable como el actor”
  4. La víctima es “más culpable” que el autor.
  5. La víctima es “exclusivamente” culpable.

Este aporte teórico motivó el cambio de criterio en la criminología tradicional del “examen exclusivo del delito propuesto por la escuela clásica al estudio del delincuente como sostiene la escuela positiva” para aceptar el estudio de la victima y del victimario como una unidad inseparable del acto penal legalmente tipificado.

La victimología contribuyó a resaltar el concepto denominado “campo oscuro de la criminalidad”, el cual había sido olvidado en los estudios de la criminología y que se refiere al número de delitos cometidos en un periodo de tiempo sin ser denunciados y que por lo tanto no reciben sanción alguna.

Dicha tasa o porcentaje en nuestro medio es desconocida, pero en otros países es calculadora como en los EE.UU.

La victimología aumentó su camino de acción cuando en los trabajos de investigación presentados en los simposios internacionales se determinó que existen ejemplos de criminalidad que tienen unas repercusiones que rebasan los casos individuales de la delincuencia común y tienen un alcance grupal, comunitario o macro social, dándose casos de criminalidad de impacto mundial, como los delitos de drogas con 190 millones de toxicómanos o ecológicos como los derrames de petróleo en el oriente ecuatoriano.

El cuello de botella de la justicia penal es un ejemplo claro de lo que significa el fenómeno de la criminalidad y la víctima en las sociedades contemporáneas.

Comparemos el caso Guayaquil con el caso Nueva York:

estad_victim

Las sociedades humanas desde hace unos cinco mil años se han desarrollado en medio de grandes conflagraciones bélicas, siendo la paz una excepción histórica, pues a lo mucho dentro de este periodo, unos doscientos o trescientos años no se dieron guerras, lo que significa que sociedad y victima están muy relacionadas por las consecuencias que provocan estos conflictos armados donde los hombres se matan entre sí, por lo que estos dos conceptos no se pueden separar.

Muchos historiadores ya han opinado que si se debe poner una característica o nombre al presente siglo xx, este debe ser designado como el de las guerras mundiales por los millones de víctimas que han producido no solo a los ejércitos en conflicto, sino también a la población civil.

En la actualidad hay una 60 mil bombas atómicas y “se han realizado 2.044 ensayos nucleares, lo que equivale a un promedio de uno cada nueve días”. Cuantos recursos económicos se han gastado en la carrera atómica y no han servido para resolver los problemas de la humanidad.

“En EE.UU hay 269 mil comercios con autorización para vender armas de fuego, incluidos fusiles de asalto y ametralladoras: las compras se pueden hacer por correo”. En este país hay “más de 211 millones de armas en manos de particulares” y se dice que los norteamericanos han tenido más muerte entre ellos que las guerras en las que han intervenidos: guerra de secesión, primera y segunda guerra mundial, Corea, Vietnam, Irak y Yugoslavia.

El militarismo peruano empobreció a su pueblo en la época de la dictadura pues los recursos económicos no se invirtieron en obras civiles.

La sociedad, la guerra y las victimas muy relacionadas.

Pero la paz también produce victimas humanas en la sociedad, debido a la forma como esta organizada la división del trabajo social y los sistemas de propiedad, lo cual genera desigualdades entre los individuos y las familias que de manera asimétrica se encuentran en una estratificación social donde los pocos, el 2% ubicados en el vértice superior acaparan la riqueza, el poder y el prestigio, mientras la mayoría de miembros de la base en la pirámide social están sujetos al dominio de élites o clases dominantes.

La apropiación del excedente productivo genera la desposeción ad infinitum de los exclusivos habitantes principalmente en sociedades no abiertas, donde “el amorfismo social y la anomia” observada por E. Durkheim está siempre presente en la realidad subyacente con las consecuencias de conductas desviadas que llevan el suicidio o/a la delincuencia; pero también se presentan casos de “alimentación social” vistas por K. Marx en la “desrealización” y/o “pérdida en el sentido” que conducen a la estupidización y embrutecimiento individual o colectivo.

De manera que las sociedades humanas y en especial las de nuestra época pueden hacer víctimas a sus miembros y nadie está excento de ser victimario o víctima en la vorágine que significa encontrarse entre “dos movimientos de aspiración o represión” como lo sostiene A. Touraine.

La sociedad, la paz y las víctimas están muy relacionadas.

Victimas de su ignorancia van miles de personas por el mundo sin entender lo que pasa a su alrededor refugiándose en el dogmatismo religioso de fin de siglo, en la droga maldita que daña cuerpo y mente o en la televisión que vuelve ciego y sin habla al vidente.

La sociedad ecuatoriana actual es el resultado de un gran proceso histórico que tiene sus orígenes en esa simbiosis extraordinaria de mestización que significó la colonia a la cual le siguió la guerra de independencia para desembocar en la formación de la república actual.

La revolución liberal de 1895, la revolución juliana de 1925, las reformas cepalinas de los años 60 y el desmontaje del estado protector que se inicia en los años 80 y que no termina todavía con la implementación de un neoliberalismo criollo, ha configurado una sociedad cuyo resultado actual es un sistema de propiedad asimétrico que condena a la mayoría de la población a la probreza, dependiente del capital extranjero que vía inversión y prestamos descapitaliza al país y lo somete en lo económico; con un sistema jurídico desorganizado, por la distorsión de la política que no permite cumplir con los actos procesales debidos y la justicia es una utopía; donde la indisciplina social alejando a la mayoría de la conducta correcta y los casos de anomia y de alienación generan actos desviados que terminan en una criminalización creciente.

La sociedad ecuatoriana recibe el impacta de la ley del valor y de la plusvalía, de la revolución científico-técnica de fin de siglo, de la mundialización de la economía, del sucio negocio de la droga, del nuevo papel de las distintas iglesia, de los gobiernos de la actualización que nos quita identidad y el cambio en la valoración ética, que genera nuevos patrones de comportamientos, de caos, corrupción y anarquía social.

El crimen organizado y el desorganizado están haciendo víctima al habitante de este país, al amenazarlo en su existencia diaria; sin darse cuenta que ellos también, son victimas de una sociedad criminógena que tarde o temprano los va a reprimir.

La victimologia como teoría jurídica en nuestra sociedad es otro ejemplo que respalda aquella hipótesis planteadas por economistas y por sociólogas según la cual “en todos los procesos históricos que se dan en América Latina el Ecuador entra siempre tarde”, pues su estudio como disciplina es muy reducido en nuestras universidades y su influencia en la política criminal nacional no se hace sentir todavía.

¡Hay mucho trabajo por hacer aquí en Guayaquil!

He allí la tarea a realizar. Recoged el reto, abogados.

biblio

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