MARVIN E. WOLFGANG Y FRANCO FERRACUTI
La teoría de la subcultura de la violencia se constituye con los nuevos aportes y avances interdisciplinarios de la biología, la psicología, la psiquiatría y la sociología, dentro de la utilización de conceptos básicos como: Subcultura, Funciones, Normas y Valores, con el fin de construir un complejo teórico que explique principalmente el homicidio cometidos por actores pertenecientes a grupos de conducta desviada, en especial el “asesinato sin motivo” y podría ser también el “sicariato”.
El intento de síntesis mediante el “cruzamiento múltiple de varias disciplinas” lo emprenden Marvin E. Wolfgang y Franco Ferracuti, en su obra denominada “La subcultura de la violencia”, cuyo subtítulo traducido literalmente al español es. “Hacia una integración teórica en criminología”.
En este libro los autores: un sociólogo norteamericano y un psicólogo italiano realizan un muy documentado estudio de la literatura y estadística del delito en las sociedades contemporáneas.
Al momento de publicar sus trabajos, proponen como hipótesis central “la existencia de una subcultura de la violencia” en grupos dedicado al crimen y al delito.
Sostienen M. Wolfgang y F. Ferracuti que existen muchas evidencias en los diversos estudios hechos por varios investigadores, que los grupos considerados delincuentes tienen unas características socioculturales especiales muy únicas, que como “variantes subculturales” de sistemas de valores y normas están integradas a una cultura mayor, aceptando y/o negando elementos de la misma.
Así, primero aceptan los criterios que sobre los valores dan Jacob y Flink en cuanto a su “externalidad”, “internalización”, “selectividad”, “orden”, “variabilidad”, “obligatoriedad social”, “interactividad personal”.
Luego también, comparten los criterios relacionados con la clasificación sobre las normas dadas por los anteriores autores relacionadas con “el contenido de las normas”, “tipos de sanción previstos para la norma”, “aceptación de la norma”, “modo de transmisión de la norma”, “origen de la autoridad atribuida a la norma”, “ámbito de aplicabilidad de la norma”, “modo de origen de la norma” y “propiedades formales del enunciado de la norma”, cuya expresión concreta presupone:
“Una impetuosa filtración de violencia que va impregnando el núcleo de valores que marcan el estilo de vida, los procesos de socialización y las relaciones interpersonales de los individuos que viven bajo condiciones similares”:
Debido a un proceso de aprendizaje de la conducta agresiva que desemboca en el “homicidio criminal” sea este “premeditado, alevoso e intencional” o “el perpetrado al calor de la pasión o que resulta de una intención de hacer daño sin que se tenga el propósito de matar, en el caso del “asesinato sin motivo”.
La teoría de la subcultura de la violencia recoge muchas aportaciones hechas por los otros intentos ya anotados con el fin de explicitar el fenómeno de la violencia, el delito y el crimen en especial cuando lo realizan grupos con un mínimo de organización dentro de un “contexto cultural” específico y en áreas geográficos-sociales muy heterogéneas, donde se considera hay un ambiente que propende al delito, haciendo recaer la tasa de homicidio sobre los grupos sociales de las clases bajas en mayor proporción que las clases medias y se dice nada de las clases altas debido a la “transmisión cultural” de la violencia preferentemente en los niños, los cuales reaccionan con violencia al castigo por parte de los mayores.
COROLARIOS DE PROPOSICIONES
WOLFGANG Y FERRACUTI
1. “Ninguna subcultura puede divergir totalmente de la cultura de la que forma parte, ni tampoco contraponerse en conflicto total.
2. Para dejar establecida la existencia de una subcultura de violencia no es preciso que los actores partícipes de estos valores fundamentales den manifestaciones de violencia en todas las circunstancias.
3. La violencia como recurso potencial o la presteza para recurrir a ella en diversas situaciones, indica el grado de disfunción y penetración de esta corriente cultural.
4. La afinidad subcultural con la violencia es compatible por todos los miembros de una subsociedad sin importar edades, pero dicha afinidad resalta más notablemente en los postreros años de la adolescencia y hasta la edad mediana.
5. La contranorma, es la abstención de la violencia.
6. El desarrollo de actitudes favorables hacia la violencia y el hábito de la misma dentro de las subculturas, implican por lo regular un aprendizaje del comportamiento y un proceso diferencial de aprendizaje, de asociación o de identificación.
7. Dentro de una subcultura, el recurso a la violencia no se considera necesariamente ilícito y quienes la emplean, por ende, no tienen que confrontar sentimientos de culpabilidad por razón de sus agresiones.”
Esta teoría centra la atención en los aspectos culturales, sociales y de la personalidad, junto con los conflictos individuales y sociales, tomando en cuenta en el análisis ciertos aportes de la Teoría de la Asociación Diferenciada por un lado y también los aspectos psicológico del aprendizaje, los factores ecológicos, el complejo fenómeno de la socialización con investigaciones concretas de “homicidios criminales y otros delitos contra las personas físicas”.
En esta tendencia se inscriben también los estudios hechos por Albert Cohen en su libro “Delinquent boy: the cultura of the gang”, Richard Cloward y Lloyd Ohlin, con su libro “Delinquency and opportunity” y Daniel Glaser con “Criminality. Theorias and behavioral imagines”, los cuales trabajan en casos puntuales de la conducta desviada.
A. COHEN
A. Cohen sostiene la existencia de la subcultura “en relación al conflicto cultural entre la clase media y obrera”, el cual se daría como consecuencia a una “frustración de status”, debido a que ellos, la escuela no los prepara para la competencia, produciéndose una “reacción” que los lleva a formar grupos o bandas con una subcultura “no utilitarista, malintencionados y negadores”, donde mucho de ellos, delinquir es más importante por la fama que por el lucro o bien económico, puesto que, se roba por el “gusto de robar” tomado como un deporte, demostrando la importancia de estudiar concretos casos de delincuencia y formar teorías muy restrictivas como la de la delincuencia juvenil, por lo que el aporte de este autor es reconocido en la literatura especializada.
R. CLOWARD Y L. OHLIN
R. Cloward y L. Ohlin sostienen en sus estudios teóricos la tesis de “las diferencias de oportunidad de la clases sociales” en la comisión de los delitos, para lo cual se basan en Durkheim y Merton en relación al papel que juegan la “distribución socio cultural desigual” en las capas sociales inferiores al no tener acceso a los bienes mediante medios legítimos, jugando esta situación mayor influencia en el delito que el aspecto subcultural, porque las “posibilidades de acceso” son más duras para estas personas cuando estas habitan en barrios pobres especialmente donde aprenden a delinquir mediante un entrenamiento para llegar al “rol” esperado en la carrera delincuencial. Según estos autores es necesario retomar las teorías de la anomia con la asociación diferencial y con la subcultura de la violencia para llegar a explicar estos tipos de delitos.
D. GLASER
D. Glaser sostiene también otra variante teórica al sostener la existencia de una “identificación” con otra persona para asumir estos modelos de comportamientos desviados en “el camino del crimen, porque él considera aceptable este tipo de conducta al racionalizar de alguna manera su conducta con la del otro, lo cual lleva a considerar el delito como una elección y no como “patológico o enfermedad”.
Aquí es importante en primer lugar destacar que estamos hablando de una categoría sociológica definida como lumpen, es decir, segun los criterios de marx y Engels, de una masa de elementos desclasados, generalmente sin trabajo o empleo, provenientes de la clase media o campesina e incluso de las masas ex asalariadas, con un sentido de oportunismo muy parecido al de la clase media burguesa, prestos a subirse al carro del triunfador. En épocas de crisis social, son empleados como esquiroles para combatir a los obreros en huelga por la burguesía. Son huestes transhumeantes altamente depredadoras y carroñeras, sin disciplina, aunque se someten a la fuerza y pueden conformar grupos o gavillas. Son los lumpen aliados indistintos pero altamente inseguros. La comuna de París emprendió el fusilamiento de estas huestes semi organizadas. ¿Subcultura? Al estilo de los muertos vivientes.
Creo que no es solamente la categorìa de lumpen definida como una clase o subclase social, los que aplican o participan activamente en estos conceptos definidos como la subcultura de la violencia. Vemos que ahora por la gran influencia de los medios y de las pràcticas de violaciòn de derechos hacia otros pueblos de parte de los grandes paìses capitalistas, se influye notoriamente en las mentes y en las conductas de las personas especialmente de los jovenes. Acaso no fue violencia, y concertada a nivel mundial, la agresiòn a Libia y la matanza de su pueblo. Y asì muchos otros hechos como los que se pretenden hacer contra Siria y su pueblo, y contra Julian Assange al quererlo juzgar como «traidor a la patria» por parte de los EE.UU., para lo cual se monta el sainete de la extradiciòn.
Las razones que se dan para justificar estos hechos por parte de estos paìses agresores, crean en las personas y en los jovenes especialmente, ciertos modelos o conductas a seguir que generalmente van en la lìnea de creer que es una «violencia justa». Estos modelos a seguir como «RAMBO» «Superman» «Ironman» «Capitan America» y otros como los personificados por Arnold Schawsnegger, llevan en definitiva este mensaje ideologico subliminal. Por eso es importante «la batalla de las ideas», para desenmascarar a tiempo y en todo lugar esta violencia geopolìtica-ideologica que origina muchas muertes.
Adelante Dr. Espìn, creo que este es uno de los mejores blogs que se encuentran en la red. Un voto de aplauso y de apoyo para usted.