En el Siglo III de nuestra era apareció en una provincia de Persia, que pertenece hoy a Irak, una secta religiosa cuyo fundador fue un sabio llamado “Maní”, quien vivió entre los años 216 y 276.
Dicen los historiadores que “maní” se auto proclamó como el último de los profetas, después de Zoroastro, Buda y Jesús.
Él creyó haber tenido revelaciones de un ángel que lo nombró profeta de la última revelación. “Maní” viajó por la India y asimiló las ideas del budismo, luego regresó a Persia donde predicó con la protección del emperador Shapur I desde el 241 hasta el 273, pero cuando asume Bahran I un nuevo gobierno fue arrestado y acusado de hereje, muriendo poco tiempo después en prisión o ejecutado. “Maní” sostiene que el mundo es dual, formado por el bien y el mal en lucha permanente. Hay un príncipe de la luz y un príncipe de las tinieblas en lucha constante, fundando una religión o una secta religiosa.
Para él el cuerpo se identificaba con el mal y la mente con el bien, por lo que esta debe dominar los deseos carnales.
A sus seguidores les impuso una conducta ascética con un celibato estricto y con dedicación a la oración.
“Maní” mezcló tradiciones persas, griegas y cristianas, logrando tener influencia en China, India, Norte de África y países Árabes.
El Maniqueísmo se constituyó en enemigo del cristianismo durante varios siglos hasta que desapareció como doctrina y como organización, fue combatido también por el islam y por el budismo.
En el año 300 los obispos de oriente y de occidentes ponen en alerta a los fieles contra la doctrina maniquea, en especial, San Agustín de Hipona.
Pero el maniqueísmo legó para la prosperidad algunos preceptos que hoy continúan ejerciendo influencia en nuestra forma de pensar, a tal punto que se habla de un maniqueísmo totalitario que busca imponer el criterio de lo bueno cuando nosotros emitimos una opinión y malo cuando el que expone un pensamiento son los otros.
Está tendencia equivocada de ver el mundo o la realidad en sólo dos direcciones, de valorar las cosas y las acciones se la denomina maniqueísmo, lo que significa que sólo hay “bueno y malo”, descartándose otras opciones reales o mentales.
Y así se acepta, que en la sociedad nosotros somos los buenos, y los otros son los malos, lo que significa que muchas personas hombres o mujeres, sin saberlo actúan como maniqueos.
Esta tendencia maniquea se expresa principalmente cuando hay “intereses” entra varios actores por lograr “recursos escasos”, cuya competencia lleva a un “pensamiento totalitario”, especialmente cuanto entra en juego asuntos de la política local, provincial, nacional o internacional.
Pero la realidad social es muy compleja, tiendo otras variables que deben ser tomadas en cuenta al momento de pensar y deben ser enseñadas y aprendidas por los agentes socializadores, en especial la escuela y los medios de comunicación.
Un ejemplo de maniqueísmo, lo tenemos en la respuesta que muchas personas han dado ante la noticia del asesinato de Omar Kaddafy en Libia, al manifestar que se justificaría dicho ajusticiamiento, pues se había infirmado que “era un tirano”, que tenía un “servicio higiénico de oro”, que tenía una “pistola de oro”, que tenía mucho “dinero en el extranjero”, sin tomar en cuenta otros elementos de juicio que permitan explicar dicho crimen.
Se entiende que el acto de pensar ha sido muy estudiado por distintas disciplinas, ante lo cual exponemos algunos resúmenes:
Se entiende que hay una “lógica” en el pensar relacionada con el “análisis, síntesis, inducción, deducción, analogía, abstracción, generalización, concreción, comprensión, formación de conceptos, categorías, clasificación y sistematización”, y también aspectos “emocionales” de carácter afectivos o emotivos que intervienen en el pensar, además existe una “biografía” del sujeto pensante que influye en la respuesta a la solución de un problema, se reconoce la influencia de la “Cultura” entendida como “forma de pensar, de sentir y de actuar” lo que incluye su nivel educacional como datos a ser tomados en cuenta, también las “ideologías” influyen en la respuesta del individuo, las “doctrinas” con su cerrada cosmo visión direccionan el pensamiento, sumándose a todo lo anterior, la influencia de los mensajes de los “medios de comunicación” y los “valores religiosos”, a lo cual hay que agregarle los estados de “anomia” y/o de “alienación” individual o colectivo.
Por supuesto que este discernir en voz alta sobre esta problemática, no se refiere al tipo de pensamiento “científico”, ni al pensamiento “filosófico”, ni al pensamiento relacionado con la “asociación de ideas” que de manera abrupta surge como respuesta ante un asunto personal a resolver.
Me refiero a todas las personas hombre o mujeres que un momento dado de manera maniquea, se equivoca al pensar sólo ante dos opciones, llevándoles a errores, denostando y desvalorizando a otras personas.
Debo afirmar que lo más pernicioso en el ser humano actual es el “pensamiento maniqueo”, que solo permite dos opciones sean estas “buenas o malas”, “blanco o negro”, “bonito o feo” en relación a los asuntos mentales como respuesta.
La religion, la cultura, el Estado y la familia influyen en las sociedades.
La familia empieza con el totalitarismo sea matriarcado o patriarcado.
Lo bueno y malo viene mas atras del maniqueismo….
Es muy fuerte la influencia de la religion catolica, tal vez por su persecución en los inicios y a los 300 años estaba consolidada en el Imperio Romano….
Saludos